Interesante
Al hilo de mi post de ayer he estado leyendo por ahí cosas sobre lo de las clases de religión y aún no me he enterado exactamente que es lo que piden si que sea evaluada como antes o que sea obligatoria pues leo cosas completamente distintas. Lo que me ha gustado bastante es un artículo que he encontrado
Elogio de la cordura.-
Tengo sobre la mesa, para leer esta semana, un libro que se titula «Mantenerse cuerdo en un mundo de locos». Encontré en una revista la reseña de su publicación e inmediatamente lo encargué, quizá por una sensación de locura asfixiante en todas partes. Ojeo el índice y me encuentro con algo muy sugerente: «Podrán romperte los huesos con palos y pedradas, pero nunca con palabras». Me va a venir muy bien, porque ¡vaya racha que llevamos! de acusaciones, descalificaciones y hasta insultos, que aparecen en todos los medios de comunicación y llegan del Parlamento, de los ministerios, de los ayuntamientos, de los obispados, de los partidos, de los sindicatos, de las federaciones deportivas...
El desencuentro entre la jerarquía de la Iglesia y el Gobierno se acelera; estos días el obispo de Ávila compara la situación a un golpe de Estado y el obispo de Alcalá hace una descripción de la homosexualidad terrorífica, mientras que algunos miembros del Gobierno parecen obsesionados con que los creyentes nos encerremos en los templos y en la calle acatemos todo lo que ellos nos manden. Me entero de que dos políticos asturianos, Álvaro Cuesta y Gaspar Llamazares, lideran una petición parlamentaria de que se retire toda ayuda económica a la Iglesia y que ésta se autofinancie; somos muchos los católicos que lo queremos, pero también queremos que se autofinancien los partidos políticos y los sindicatos, que se llevan muchísimos más millones. El portavoz de la Conferencia Episcopal, el asturiano Martínez Camino, decía anteayer en Oviedo, a propósito de la recogida de firmas a favor de la asignatura de Religión, que son los padres los que se están moviendo a través de sus asociaciones y de las asociaciones de la escuela católica; en Asturias son el vicario general y el delegado episcopal de enseñanza los que piden a los párrocos que movilicen a los feligreses y se recojan firmas de apoyo. Qué pena que no se hayan pedido firmas en las diócesis contra la guerra de Irak cuando lo pedía clamorosamente el Papa, pero dice un amigo mío que los obispos se sentían muy a gusto con Aznar y no quisieron disgustarlo. Pero en esta Asturias nuestra ayer se olvidó todo, se juntaron casi todos en un teatro Campoamor convertido en palacio y emocionados escucharon viejos cuentos de príncipes y princesas. Necesito con urgencia leer «Cómo mantenerse cuerdo en un mundo de locos».
José María Díaz Bardales es párroco de La Calzada y este artículo ha sido publicado en el periódico asturiano La Nueva España.
Elogio de la cordura.-
Tengo sobre la mesa, para leer esta semana, un libro que se titula «Mantenerse cuerdo en un mundo de locos». Encontré en una revista la reseña de su publicación e inmediatamente lo encargué, quizá por una sensación de locura asfixiante en todas partes. Ojeo el índice y me encuentro con algo muy sugerente: «Podrán romperte los huesos con palos y pedradas, pero nunca con palabras». Me va a venir muy bien, porque ¡vaya racha que llevamos! de acusaciones, descalificaciones y hasta insultos, que aparecen en todos los medios de comunicación y llegan del Parlamento, de los ministerios, de los ayuntamientos, de los obispados, de los partidos, de los sindicatos, de las federaciones deportivas...
El desencuentro entre la jerarquía de la Iglesia y el Gobierno se acelera; estos días el obispo de Ávila compara la situación a un golpe de Estado y el obispo de Alcalá hace una descripción de la homosexualidad terrorífica, mientras que algunos miembros del Gobierno parecen obsesionados con que los creyentes nos encerremos en los templos y en la calle acatemos todo lo que ellos nos manden. Me entero de que dos políticos asturianos, Álvaro Cuesta y Gaspar Llamazares, lideran una petición parlamentaria de que se retire toda ayuda económica a la Iglesia y que ésta se autofinancie; somos muchos los católicos que lo queremos, pero también queremos que se autofinancien los partidos políticos y los sindicatos, que se llevan muchísimos más millones. El portavoz de la Conferencia Episcopal, el asturiano Martínez Camino, decía anteayer en Oviedo, a propósito de la recogida de firmas a favor de la asignatura de Religión, que son los padres los que se están moviendo a través de sus asociaciones y de las asociaciones de la escuela católica; en Asturias son el vicario general y el delegado episcopal de enseñanza los que piden a los párrocos que movilicen a los feligreses y se recojan firmas de apoyo. Qué pena que no se hayan pedido firmas en las diócesis contra la guerra de Irak cuando lo pedía clamorosamente el Papa, pero dice un amigo mío que los obispos se sentían muy a gusto con Aznar y no quisieron disgustarlo. Pero en esta Asturias nuestra ayer se olvidó todo, se juntaron casi todos en un teatro Campoamor convertido en palacio y emocionados escucharon viejos cuentos de príncipes y princesas. Necesito con urgencia leer «Cómo mantenerse cuerdo en un mundo de locos».
José María Díaz Bardales es párroco de La Calzada y este artículo ha sido publicado en el periódico asturiano La Nueva España.
4 comentarios
maite -
pitijopo -
maite -
Luthien -
La nueva ley lo que pretende es que la religión sea voluntaria y no evaluable
Un abrazo