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adicta textual

La maldad llama a la puerta

Tarda uno en darse cuenta de que una persona es malvada siempre al principio parecen amables y acogedoras más adelante te das cuenta de que se alegran de los fracasos ajenos y sufren con los éxitos de los demás.
Apártate de ellas pero no las pierdas de vista cuando ve que no puede contigo, que no logra hacerte daño ni obtiene de ti nada que no sea una sonrisita entonces se pone furiosa e intenta enemistarte con tus amigos o familiares pero de una manera totalmente infantil que hace que todos incluso la disculpemos por pena. En fin no seáis muy duros con esas personas son dignas de lástima.

7 comentarios

maite -

veo que todos en algún momento hemos conocido a algún "malo" y que cada uno tenemos nuestra recetilla, las mantendremos actualizadas la maldad es como los virus se hacen resistentes .

Anónimo -

me he sentido totalmente identificada pase hace tiempo por algo similar aun hoy en dia estoy todavia pagando el error de acoger y se amiga de una colgada solo que yo si siento aun rencor y me pregunto por que cuado decimos es una loca hay que disculpar por que les da por la maldad a mi no me dan pena me dan asco y miedo

pitijopo -

No hay mejor receta para ese tipo de personas que castigarlas con el látigo de la indiferencia.

Chin -

La maldad es el producto de sumar, envidia, egoismo, ambición e inseguridad. Y sí es una mezcla letal y aunque es verdad que a largo plazo dan lástima, también lo es que a medio plazo algunas personas, pocas, son muy peligrosas. Y aunque el daño producido sea reparable, no por ello puede dejar de ser grave.
Hay un tipo José Antonio Marina que ha escrito sobre el asunto "Diccionario de los Sentimientos" y "El laberinto sentimental". No tiene nada que ver con lo que el título en principio nos sugiere.
Explica como la envidia, la mentira, son una estructura mental de pensamiento y sus consecuencias.
Como la frustración provoca por esto orden, ira, furia, odio.
Es interesante.

Cypher -

A gente de esa calaña, nunca se le quitan "las ganas". Suelo saludarlas atentamente, pero no demasiado efusivo, parecer interesante, pero aburrido, en definitiva, pasarles desapercibidos. No resultarles para nada interesante, ni si quiera para molestarte.

Iván -

Sí, creo que todos hemos experimentado en carne propia a alguien así. Pero vamos, lo q hago es poner la otra mejilla, dar segundas oportunidades, y si las cosas siguen igual, jugar a su juego.

Sí, sí, lo sé, es ponerse a su mismo nivel, pero mi estrategia maquiavélica es realmente infernal cuando me lo propongo. Así, se le quitan las ganas para otra vez, no vaya a ser que le pase lo mismo.

Y es que hay gente que si no es por la malas no aprende.

Besos.

Luthien -

Pero cómo bien dices, mantenlas alejadas, muy lejos. me encontré conun así en un trabajo, y las cosas al final se pusieron serias. Perfecto retrato. Un abrazo